Bogotá, 16 de septiembre de 2020

Ser mujer defensora de derechos humanos en Colombia no es fácil. En un contexto tan violento como el del
país, se deben enfrentar a situaciones complejas: por un lado, las agresiones y amenazas derivadas de su
liderazgo y, por el otro, las violencias por el hecho de ser mujeres.

Es claro que la persistencia de las múltiples formas de violencia que enfrentan las defensoras está
estrechamente ligada a las profundas brechas de discriminación por razón al género, las cuales se agravan
por el entramado de expresiones sexistas, racistas, clasistas que ubican a las mujeres en condiciones de
mayor discriminación.

En medio de este panorama surge el presente informe, Defensoras, voces de vida y resistencia, que tiene
como propósito evidenciar las agresiones contra defensoras de derechos humanos en Colombia y los
elementos del contexto que propician esta situación, para reconocer sus profundos orígenes y la manera en la
que han afectado y siguen afectando a las mujeres con liderazgo en Colombia.

El análisis de los hechos violentos se enmarca en un periodo de siete años, comprendido entre el 2013 y el
2019, tiempo en el cual el Sistema de Información sobre Agresiones contra Personas Defensoras de
Derechos Humanos en Colombia del Programa Somos Defensores, ha registrado 1.336 agresiones contra
mujeres con liderazgo. Estos hechos se han incrementado con el tiempo, especialmente en los últimos años y
en el marco de la implementación del Acuerdo de Paz; lo que permite insistir en la responsabilidad del Estado
en el cumplimiento del Acuerdo como condición necesaria para avanzar en materia de garantías para el
ejercicio de la labor de defensa de los Derechos Humanos.

Esta publicación es el resultado de una sinfonía de voces de mujeres comprometidas con la defensa de los
derechos humanos y sus organizaciones. Es fruto del trabajo de Sisma Mujer y LIMPAL, tomando en cuenta
también los aportes de los espacios de articulación a los que pertenecen que son la Cumbre Nacional de Mujeres y
Paz y GPAZ, y que junto con la sistematización y el seguimiento de las agresiones a personas defensoras
que realiza el Programa Somos Defensores, lo ha hecho posible.