Este 8 de marzo de 2018, millones de mujeres de 178 países del mundo, incluyendo a Colombia nos uniremos para reconocer las luchas históricas que las mujeres hemos adelantado en el mundo.

La historia del 8 de marzo está ligada a los acontecimientos marcados por las reivindicaciones de las mujeres trabajadoras y la lucha por el sufragio de las mujeres durante las primeras décadas del siglo XX. Los procesos de resistencia y acción política de las mujeres obreras, animaron los debates entre las diferentes expresiones del feminismo y aunque han sido varios los acontecimientos y momentos que dieron lugar a que el 8 de marzo se instaura como Día Internacional de la Mujer, se reconoce que dicha propuesta fue presentada por la comunista alemana Clara Zetkin y aprobada en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague-Dinamarca en 1910.

Este 8 de marzo de 2018, millones de mujeres de 178 países del mundo, incluyendo a Colombia, adoptando nuevamente el color violeta como símbolo de resistencia de las mujeres, nos uniremos para reconocer las luchas históricas que las mujeres hemos adelantado en el mundo, y protestaremos contra todas las formas de explotación, opresión y violencia contra las mujeres que han sido normalizadas por una sociedad que no nos reconoce como sujetas plenas de derechos.

Nuevamente en la conmemoración del 8 de marzo, las colombianas desde nuestras múltiples diversidades e identidades, unimos nuestras voces, rebeldías, prácticas y compromisos, a las voces y rebeldías de las mujeres de todo el planeta, para continuar denunciando, exigiendo y proponiendo sociedades justas, democráticas y libres de violencias en nuestra contra, los seres vivientes y la naturaleza.

El 8 de marzo, en la calle, la fábrica, la escuela, la universidad, las instituciones y en todos los espacios que habitamos, se escucharán nuestras voces y retumbarán nuestras exigencias, porque hoy como ayer las mujeres estamos dispuestas a cambiar el rumbo de la historia. Hoy, esperamos que nuestras voces y denuncias sean escuchadas y tenidas en cuenta por el Estado y la sociedad.

Es urgente un cambio en el país y en la casa; es necesaria una sociedad donde no exista la violencia como instrumento para dirimir los conflictos públicos y privados; es indispensable desarmar los fusiles, las palabras y las mente. Es urgente darnos a la tarea de construir la paz, la autonomía individual y colectiva sin ningún tipo de exclusión y discriminación.

#NosotrasParamos, hoy, nuestras actividades domésticas, laborales, sociales y comunitarias, y nos movilizaremos en las calles, todas unidas en torno a un mismo fin para exigir:

  • Condiciones y oportunidades, sin exclusiones y discriminaciones, para el goce efectivo de nuestros derechos económicos, sociales, culturales y políticos.
  • La no precarización del empleo femenino.
  • La eliminación de la brecha salarial.
  • Tierra, propiedad y recursos para las mujeres rurales y campesinas.
  • Participación y representación paritaria en todos los espacios de la sociedad.
  • Reconocimiento, valoración y redistribución de los trabajos del cuidado que las mujeres llevamos a cabo en lo público y lo privado.
  • Prevención, atención, investigación, sanción y reparación para las sindicalistas; las jóvenes; las niñas; las afrodescendientes; las indígenas, las personas trans; las lesbianas; mujeres en situación de prostitución; las trabajadoras sexuales, y las mujeres en situación de discapacidad, víctimas de las violencias.
  • Despenalización total del aborto. Mi cuerpo es mío y yo decido.
  • Parar la hipersexualización de las niñas que las coloca desde la infancia en objetos de consumo.
  • La visibilización de las jóvenes; las niñas; las mujeres afro descendientes e indígenas; las lesbianas; las trans; las intersexos; las mujeres en situación de prostitución; las trabajadoras sexuales y las mujeres en situación de discapacidad.
  • Autonomía sexual y reproductiva para todas las mujeres sin distinciones y exclusiones.
  • Que sigan los esfuerzos entre el Gobierno y el ELN para retomar los diálogos de paz y NO se paren de la Mesa hasta que logren un acuerdo entre las partes.

Por último, reiteramos nuestro compromiso en continuar vindicando los derechos para todas las mujeres, sin distinción alguna, para las que estamos aquí y las que están lejos. Porqué defendemos nuestros derechos, porque los seguiremos defendiendo siempre, y sobre todo, porque construimos desde nuestras diversidades, necesidades y experiencias, sociedades justas, paritarias y libres.