Este miércoles empezó la Cumbre Nacional de Mujeres y Paz en Bogotá. Entrevista con la directora del Centro de Educación e Investigación para la Paz de España.

Mujeres violadas por actores armados, mujeres que buscan representación, mujeres que han sido actores de paz en regiones del país en donde arrasó la violencia, mujeres mediadoras que buscan que sus propuestas lleguen a la mesa de negociación de La Habana, mujeres críticas que exigen tener voz y voto en el proceso de paz. Desde este miércoles y durante tres días cerca de 400 mujeres se reunirán en Bogotá en la Cumbre Nacional de Mujeres y Paz para creer que sí es posible un acuerdo que dé por terminado un conflicto armado de 50 años.

La iniciativa es liderada por Naciones Unidas y nueve organizaciones de mujeres del país y sin duda busca promover y ambientar el diálogo que adelanta el Gobierno y las Farc, que a quince días de que cumpla un año aún no tiene un respaldo vigoroso de la opinión pública. En busca de argumentos que nutran ese análisis sobre las mujeres y el rol que deben tener en el proceso de paz, Manuela Mesa, directora del Centro de Educación e Investigación para la Paz (CEIPAZ) de la Fundación Cultura de Paz de España, una de las invitadas internacionales y observadoras de este proceso, habló con El Espectador y no dudó en decir que es un desperdicio de experiencia y conocimiento que las partes aún no tengan verdaderamente en cuenta la vocería femenina en la mesa de Cuba.

¿Por qué cree que las mujeres están pasando por un momento privilegiado para pensar y hacer la paz?

Los últimos diez años podemos decir que ha habido en el ámbito internacional una serie de resoluciones que plantean la importancia de que las mujeres estén presentes en las negociaciones de paz y que no solo sean vistas como víctimas. Se ha planteado la