A pesar de la apuesta política de esta reforma hay tres aspectos importantes que aún siguen pendientes y se deben resolver para garantizar una participación real y efectiva de las mujeres en los escenarios de toma de decisiones.
El proyecto de reforma política que actualmente cursa en el Congreso, que ha generado amplia polémica en el país, es uno de los ejes centrales de la implementación del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto, dado que una de las causas de nuestro conflicto armado (algunos dirán que a su vez es consecuencia) es justamente la falta de participación política que tienen las comunidades campesinas y étnicas y las mujeres en las decisiones que les afectan, punto esencial del acuerdo de paz firmado.
Dado que esa reforma es trascendental para el futuro de nuestro país y la generación del cambio social necesario para realmente hablar de terminación del conflicto, las organizaciones de mujeres seguimos muy de cerca lo que ocurre en el debate en la Comisión Primera de la Cámara. Vemos, por ejemplo, que hay medidas incluidas en el proyecto tendientes a promover la participación política de las mujeres en espacios como el Congreso, los Concejos Municipales y Asambleas Departamentales. Hay propuestas radicadas que buscan reglamentar la forma en que los partidos incluyen a las mujeres en sus listas electorales al momento de las elecciones y la manera en cómo invierten los recursos que llegan a sus arcas, haciendo obligatorio que inviertan en la promoción del liderazgo de las mujeres.